Beneficios de cambiar de una escuela tradicional al sistema de homeschool

La escuela tradicional, igual que desde que se originó, está enfocada en acostumbrar a los y las estudiantes a seguir órdenes y acostumbrarse a trabajar bajo ciertos horarios.

Durante la época de la Segunda Revolución Industrial, en el Fordismo, se vio la necesidad de medir, bajos promedios, a las personas. Así surge el taylorismo educativo, desde donde se declaró que la nueva misión de la educación debía ser preparar a grandes números de estudiantes para trabajar en las fábricas, empresas, etc. Las escuelas debían proporcionar una educación estándar para un estudiante promedio.

Así surgen los grupos por edades (no por rendimiento, intereses o aptitudes) y estos grupos tienen las diferentes clases o materias durante un tiempo estandarizado (sin respetar estilos ni tiempos de aprendizaje de cada persona). Se introdujeron los “timbres” para que los estudiantes de prepararan mentalmente para los horarios de sus futuros trabajos.

Igualmente se creó el “temario oficial”, que es una currícula fija e invariable, incluyendo:

• Qué y cómo debe pensar cada estudiante.

• Qué deben contener los libros de texto.

• Cómo calificar a los alumnos.

La escuela trata a cada estudiante como un estudiante promedio, proporcionándoles a cada uno/a la misma educación estandarizada, sin importar su trasfondo, sus habilidades ni sus intereses.

Un periodista, llamado H.L. Mencken comentó: “El objetivo de la educación no es, en absoluto, expandir el entendimiento; simplemente es reducir a todos los individuos como se posible al mismo nivel seguro, criar y entrenar a una ciudadanía estandarizada, acabar con la disconformidad y la originalidad”.

Todo esto ya estaba estandarizado para la década de los 20´s, ¡hace 100 años! Y, como bien sabes, todo esto sigue idéntico. Claro, todo el mundo sigue cambiando, excepto la escuela.

Uno de los principales desarrolladores de “la gente promedio” fue el psicólogo Thorndike, el cual creó pruebas estandarizadas de escritura, ortografía, aritmética, dibujo, lectura. Todos estandarizados para un/a estudiante promedio de una edad particular.

Él dictaminó que el propósito de las escuelas no era educar a todos los estudiantes, sino clasificarlos. Él dio por hecho que la gente nacía con un cerebro medio, uno superior o uno inferior y con base en eso serías clasificado/a para siempre. ¿Cómo? Con los resultados de los exámenes.

A lo largo de los años, y con base en muchos estudios posteriores, se ha identificado que NINGUNA persona entramos en el promedio, cada persona tenemos nuestra propia mezcla de aptitudes, de estilos y tiempos de aprendizaje, de forma de desenvolvernos y diferentes formas de dar solución.  Claro que, si a todas/os nos califican con base en una prueba estandarizada, pocas personas lograrán pasar con “altos promedios”. Un hecho evidente es el bajísimo nivel de México en eficiencia terminal.

De acuerdo con el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación La tasa de eficiencia terminal muestra que, si bien casi todos los estudiantes logran concluir la educación primaria, no es así en educación secundaria y en media superior. En educación primaria a nivel nacional el valor se ubica en 97.7% (aunque el ideal es 100%); en secundaria alcanza 85.5% y en bachillerato, 64.4%.  (https://www.inee.edu.mx/medios/informe2019/stage_01/cap_0103.html#:~:text=La%20tasa%20de%20eficiencia%20terminal,64.4%25%20(tabla%201.6).)

Ahora, según datos de la Secretaría de Educación Pública (SEP), indican que únicamente el 24% de los jóvenes mayores de edad en todo México, se encuentran inscritos en alguna institución educativa de nivel superior. Proporción muy baja si se compara con los casos de países como Australia, Islandia o Corea del Sur, en donde más del 60% de sus jóvenes se encuentran cursando estudios universitarios.

Además de la poca cobertura que existe en materia de educación superior, el número de jóvenes que logra culminar con sus estudios es muy bajo. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), sólo 8 de cada 100 alumnos que comienzan sus estudios en la universidad logra terminarlos.

Y claro, ¿cuántos de esos jóvenes que logran terminar la universidad se titulan? Cerca del 2%, la titulación es importante para poder ejercer.

Independientemente de otras mediciones que podemos apreciar, como el nivel de honestidad, de seguridad, de emprendimiento, que, lamentablemente, son muy bajo en el país. Lo que nos dice que el sistema educativo en México no funciona.

Si ya llegaste hasta aquí en la lectura, te invitamos a reflexionar sobre algunos de los beneficios de buscar un sistema educativo que respete la individualidad de tu hijo/a, que realmente destaque sus habilidades, que respete su estilo y sus tiempos de aprendizaje y potencialize toda su personalidad. Por supuesto, una educación hecha a la medida, también podrá tener en perspectiva aquello que requiera mejorar, lo que se conoce como debilidades (dentro del FODA) y amenazas.

Algunos de los beneficios de iniciar con el Homeschooling son:

1. Nuevas oportunidades de aprendizaje: cambiar de sistema puede significar acceder a diferentes programas académicos, métodos de enseñanza y recursos educativos. Esto abre nuevas oportunidades de aprendizaje y exposición a diferentes áres de conocimiento.

2. Ampliación de perspectivas: al cambiar de sistema, los/las estudiantes tienen la oportunidad de conocer a nuevos compañeros/as de diferentes orígenes culturales, étnicos y sociales. Esto les permite interactuar con personas diferentes y ampliar sus perspectivas sobre el mundo, promoviendo la tolerancia y el respeto hacia la diversidad.

3. Desarrollo de habilidades sociales: el cambio de escuela implica adaptarse a un nuevo entorno social. Los estudiantes deben aprender a hacer nuevos amigos, establecer relaciones con sus compañeros/as y adaptarse a dinámicas grupales diferentes. Esto puede ayudarles a desarrollar habilidades sociales, como la empatía, la comunicación y la resolución de conflictos.

4. Superación de la zona de confort: cambiar de escuela puede ser un desafío para muchos estudiantes, ya que implica salir de su zona de confort y enfrentar lo desconocido. Esta experiencia puede fomentar la resiliencia, la capacidad de adaptación y la confianza en sí mismos/as al superar nuevos retos y situaciones.

5. Oportunidades extracurriculares: Al cambiar de escuela, los estudiantes pueden tener acceso a diferentes actividades extracurriculares, como clubes, equipos deportivos, grupos artísticos, etc. Estas actividades les permiten explorar nuevos intereses, desarrollar talentos y ampliar su experiencia más allá del ámbito académico.

6. Autodescubrimiento: El cambio de escuela puede brindar a los estudiantes la oportunidad de descubrir nuevas habilidades, intereses y pasiones. Al estar expuestos a un entorno educativo diferente, pueden descubrir áreas en las que sobresalen o encontrar nuevas áreas de interés que antes no habían considerado.

Es importante tener en cuenta que el impacto del cambio de escuela puede variar según las circunstancias individuales de cada estudiante. Algunos pueden adaptarse rápidamente y disfrutar de los beneficios mencionados, mientras que otros pueden requerir más tiempo y apoyo para ajustarse. La actitud positiva, el apoyo familiar y el acompañamiento de los educadores pueden ayudar a que la transición sea más exitosa.